Con el fallecimiento de la inmensa Nelly Omar, de 102 años, se va la última sobreviviente de una estirpe dorada de cantantes de la música popular habitada por nombres como los de Tita Merello, Azucena Maizani, Libertad Lamarque y Ada Falcón.
Pero la “cantora nacional”, como le gustaba ser denominada, no es sólo un nombre fundamental de la música popular argentina sino que materializa en la actualidad la pervivencia de una memoria afectiva ligada al primer peronismo, según informa Telam.
Protagonista indiscutida de la historia musical de la Argentina y figura legendaria de un país que creció de pronto, cuando supo abrazarse al afecto de los humildes, la artista parece uno de esos personajes llamados a habitar para siempre la memoria inextinguible de su pueblo.
Voz protagónica y central del tango y la canción criolla en las décadas del ‘40 y del ‘50, su adhesión al peronismo le valió proscripción y listas negras: estuvo prohibida en radios y teatros luego del golpe de 1955. “Estuve 17 años sin trabajar porque me metieron en una lista negra impuesta por la revolución fusiladora, por ser peronista de Juan Perón y amiga de Evita”, recordó en un reportaje.
En 1934 conformó un dúo con su hermana Nélida y en 1937 conoció a Homero Manzi cuando trabajaron juntos en la audición de Radio Belgrano, “Pájaros ausentes”, que contaba con libretos del poeta, a quien la unió un apasionado romance.
Esta relación se interrumpió cuando, ante la posibilidad del divorcio, la esposa de Manzi intenta suicidarse con un tóxico, pero quedó de ella el registro o la huella que el poeta materializó en la imperecedera “Malena”.
La llamaban “la Gardel con polleras”, gracias a una voz prístina, un fraseo claro, aguerrido, firme y sin afectaciones ni subrayados. Y la definición viene a cuento de una artista que recorrió el tango pero cultivó con igual interés y profundidad la milonga, el vals y el repertorio criollo en un programa musical que no admite oposición entre lo urbano y lo rural y que recoge el gesto de cantores anteriores como Gardel, Magaldi o Corsini.
A Nelly no se le debe sólo la convicción inquebrantable de un afecto y una carrera sin dobleces que postergó en tributo a la lealtad, sino también imperecederas interpretaciones de canciones como “Sur”, “Amar y callar”, “El adiós de Gabino Ezeiza”, “Del tiempo de la morocha” y “Manoblanca”, entre muchos otros.
Pese a los problemas de salud aparejados a su edad y que la llevaron a padecer varias internaciones en el último tiempo, la intérprete concretó en los años 2005, 2009 y 2011 inolvidables presentaciones en el Luna Park.
Incomparable
El cantante tucumano Orlando Navarro, apesadumbrado por la noticia, apreció que fue “la gran figura”. “Toda su carrera fue impecable y siempre fue una señora elegante. Creo que fue la personalidad más fuerte que tuvo el tango, y que no puede compararse a nadie”, agregó.